miércoles, 16 de diciembre de 2009

Unas líneas en frio...

Hoy escribo desde Boston, robando unos minutos a la clase sobre métodos del caso para poner en el blog unas ideas.

Pasaron un par de semanas de las elecciones en Honduras y las aguas... ahi van calmándose. Muchos nos sentimos del lado de los ganadores en este enredo, porque ganó la democracia, el pueblo Hondureño - y la sensatez.

¿Y los gritos de Chavez, ortega, Zelaya? Como que bajaron volúmen y otra vez apuntan sus cañones a su "enemigo yanki"... ya ya.

Y ayer, Mauricio Funes sale en los diarios afirmando que El Salvador no dará jamás ningún paso hacia el Alba.

Hoy no tengo tanto tiempo para elaborar, pero estas noticias hacen pensar y dan un aire nuevo de esperanza, de que ya el sentido común y la sensatez parece que están volviendo a estar de modoa.

Prometo retomar el blog y escribir estas y otras ideas con frecuencia. Así que no les deseo aún feliz Navidad, que en breve salen otros posts.

Mario E.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Y ahora qué...

Estamos en un momento complicado en mi querido país. Demandas de justicia, acusaciones por aquí y por allá, dudas, impotencia, denuncias y acusaciones.

Yo, en lo personal, no puedo ni afirmar ni negar ninguna de estas acusaciones. Lo que si puedo es decir que en mi querida Guatemala hace falta transparencia. Hace falta decisión para cambiar las cosas y acciones concretas que nos demuestren a los ciudadanos que nuestras autoridades están comprometidas a mejorar el país: en cuanto a la violencia, la corrupción, el desarrollo y la igualdad de oportunidades para los más pobres.

Me enoja, y mucho, cuando se manipula la pobreza para tapar los problemas de fondo en el país. Que ante una situación delicada como la que vivimos se use a los más necesitados como excusa: no me parece que como defensa del gobierno se pretenda que son "los que quieren quitarles los beneficios que les damos" quienes están detrás de una conspiración.

Una conspiración que es etérea, que nadie sabe de donde viene, a donde va, ni quien la orquesta. Si lo hubiera, nosotros los chapines queremos saber de donde. Queremos tener pruebas, nombres, decisiones sobre como combatirla. Porque no somos tontos y hablar de algo en abstracto no convence.

Por otro lado, también me siento en el deber de decir a través de este blog, que no es momento para que lancemos acusaciones sin fundamento, alaridos o consignas solo porque no estemos de acuerdo con algo o alguien. Es tiempo de ser razonables - eso sí, que exijamos que se haga justicia y se aclaren las lagunas - pero sin hablar con el hígado. Demostremos realmente que queremos un estado de derecho y justicia, no venganza. Que queremos una Guatemala mejor para todos. Y quienes estén en la manifestación de hoy, ojalá la hagamos como ciudadanos, pacífica, ordenada, exigiendo lo que haya que exigir.

Mi esperanza está en que se haga justicia. Que quien deba responder por lo que se denuncia, responda. Y también, que quien este limpio de culpa, se reconozca su inocencia, que tampoco vale que gente honesta salga manchada.

Mi Guatemala, ya no queremos más violencia, ya no queremos que algunos frenen el impulso de este país que merece ser una patria Grande. Seamos Guatemaltecos de verdad, más en estos momentos difíciles. Seamos personas comprometidas de verdad con Guatemala.

Mi mas sentido pésame a la familia del abogado Rosenberg y mi compromiso por siempre trabajar por que Guatemala sea la patria que todos queremos.

miércoles, 1 de abril de 2009

Cada uno construya su país

Todos – y lo digo sin miedo a equivocarme – independientemente del color político y las preferencias personales, esperamos que nuestros dirigentes sean hombres capaces, íntegros, ejemplares. No creo que haya alguno que espere que un corrupto, un vicioso o un sinvergüenza ocupe algún cargo en el nuevo gobierno: asamblea, gabinete etc. Todos queremos personas capaces de llevar al país adelante, de poner las bases para que nos encaminemos en el rumbo correcto.
Sin embargo nos damos cuenta que nuestra realidad ha sido otra. Sin generalizar, puedo decir que siempre le ha faltado “algo” a nuestros gobernantes, legisladores, funcionarios. Nos seguimos quejando de la corrupción, de la ineptitud, del olvido de los más necesitados, de la incapacidad… ¿Por qué parece que no hay forma de que elijamos dirigentes idóneos, honestos, capaces? ¿De dónde salen estos funcionarios de los que nos quejamos?
Salen de nosotros mismos. Punto. Así de claro. Seguro hacen las compras en los mismos supermercados, van a los mismos cines, envían a sus hijos a los colegios de los nuestros, ven los mismos medios de comunicación, también se habrán quejado de los antiguos dirigentes, incluso. Son producto de nuestra sociedad. De esta sociedad de la que somos parte, que nosotros mismos construimos.
Queremos dirigentes honestos, íntegros, pero no sabemos de dónde sacarlos. Nuestra sociedad está mal y lo vemos por los frutos. ¿Qué hacemos ahora? No nos queda más que decidirnos a cambiar esta sociedad. ¿Cómo? No hay formulas mágicas para esto, no existe una simple solución. Nuestra sociedad está compuesta por individuos, ciudadanos de a pie, campesinos, profesionales, estudiantes. Para cambiarla, la única forma es cambiar a cada uno. No hay otro camino.
Y como nadie da lo que no tiene, no podemos pretender cambiar al vecino si nosotros mismos no cambiamos primero. Si vos y yo no nos decidimos a cambiar, a vivir rectamente, a ser honestos, veraces, responsable, ciudadanos correctos, solidarios, etc. En resumen, tenemos que decidimos a ser virtuosos. Y una vez que tomamos esta decisión y la vivimos, entonces sí que podemos ir cambiando a los demás.
No queremos corrupción, primero no seamos corruptos nosotros: ¿Pago todos mis impuestos? ¿Respeto las normas de tránsito? ¿Soy honrado en mis negocios? ¿Soy un trabajador responsable? Si a alguna respondemos que no…. Perdemos credibilidad al exigir un alto a la corrupción. Primero a cambiar nosotros.
Queremos que nuestros países salgan de la pobreza. Entonces no nos acostumbremos a ver a esos mendigos en la calle, a esos niños pidiendo limosna en vez de ir a la escuela, a esos compatriotas que viven en miseria. No nos acostumbremos, no pasemos de largo con los vidrios del carro arriba y el aire puesto. Que nos hagan pensar – y si podemos ayudar, hagámoslo – que nos inquiete buscar formas de ayudarlos. Seamos solidarios, no nos contentemos en decir: “Que alguien haga algo”. Ese alguien es cada uno de nosotros. Que voy hacer yo.
Si queremos dirigentes íntegros… tenemos que ser primero ciudadanos sin mancha nosotros. Tenemos que caer en la cuenta que con cada hora de trabajo, con cada proyecto estamos haciendo progresar nuestro país, estamos contribuyendo a sacarlo de la pobreza si lo hacemos bien, si ponemos esfuerzo, si lo hacemos con profesionalismo. Lo vamos a logras si estamos convencidos que nuestro trabajo bien hecho contribuye a levantar este país. Si de verdad queremos cambiar este país empezando por nosotros mismos.
Este es el compromiso que tenemos que hacer. El de ser verdaderos ciudadanos, chapines, guanacos, catrachos, etc. de pura cepa, de una pieza. Tenemos que soñar con una patria grande, con mejores empleos, con menos pobreza. Ojala nos decidamos a despertar cada día con la ilusión de cambiar este país, aunque sea un poquito, de echar una mano. El país no se levanta solo, lo levanta y lo construimos cada uno de nosotros.

lunes, 16 de marzo de 2009

Nicaragua, El Salvador y mi status en FB...

Ya me cayó el primer reclamo por mi status en FB, así que aprovecho a aclarar por qué lo puse, aclarando primero que soy demócrata y no comulgo con los ideales ni del FSLN en Nicaragua ni con el FMLN en El Salvador. No los veo como enemigos ni es que me caigan mal, aunque es claro que en las cúpulas de estas organizaciones hay una buena dosis de sinvergüenzas. Pero también hay gente buena. Simplemente creo que el camino al desarrollo y el bienestar de nuestros pueblos es por otro distinto al que promulgan.

Primero, es una realidad en Latinoamérica que estamos viendo cambios bruscos en cómo se maneja la política de nuestros países. Vemos respuestas un poco drásticas a las necesidades de la mayoría de los y las latinoamericanas. Es una realidad que nuestros países aún son pobres, y muy pobres algunos. Que la mayoría de nuestra gente - de mí gente - la pasa muy mal en el día a día. Esto no se puede negar, ni podemos ser indiferentes.

A veces perdemos de vista esto, y perdemos de vista también que nosotros - quienes hemos tenido y tenemos oportunidades - tenemos la responsabilidad de aportar al desarrollo de nuestros países.

Entre otras cosas, y aparte del influjo de Venezuela (su intromisión sin sentido), el populismo y la crisis mundial, es cierto que en nuestros países aún no hemos logrado dar solución a los problemas de pobreza y extrema pobreza que enfrentamos. A mi en lo personal me inquieta y a veces me decepciona que no somos capaces de involucrarnos realmente en el desarrollo, que la misma sociedad y la empresa privada se quedan (nos quedamos, porque me incluyo) cortos en asegurar que el país por completo avance y que los más pobres al menos tengan para vivir.

Y me inquieta porque nos ha traído a escenarios como el que se afianzó ayer. Un giro a la izquierda. Un giro hacia políticas que de fondo y de fundamento están "mancas" para resolver los problemas, y que mas bien - como lo que pasa en Nicaragua- agudizan los problemas y frenan el crecimiento. En vez de ser menos pobres, hacen a todos más pobres. Y en vez de hacer patria promueven la división de la sociedad enfrentando a ricos y pobres, enfrentando a los que están con unos o con otros. Y hoy más que nunca necesitamos que todos halemos la carreta en la misma dirección, que todos levantemos nuestros países y nuestra región.

En fin, como dicen los dichos: No hay mal que por bien no venga, ni mal que dure 100 años. Ante estos cambios, es momento de reflexionar, de involucrarnos más tanto en lo político, a quien le interese la política, y más aún en lo social y con nuestra sociedad. Y también estar atentos a que no se den abusos y se respete los avances logrados: el impulso a las inversiones y el crecimiento de la empresa privada, la creación de oportunidades sostenibles y no apagar fuegos con medidas populistas.

Y claro, ante los abusos que están pasando en esos gobiernos "del pueblo" (del pueblo de quien no lo se) no podemos callarnos, pero que nuestra crítica y exigencias vayan acompañados de propuestas, de arremangarnos las mangas y de trabajo, mucho trabajo como hace unos minutos me recordó una buen amiga salvadoreña. ¡Animo centroamérica, hay muchísimo por hacer, y lo tenemos que hacer cada uno de nosotros!

Porqué el nombre del blog...

Este es mi primer blog por estos lados. Creo que siempre he tenido que decir, y ya he dicho mis cosas en varios lados: revistas, periódicos, charlas, conversaciones... Pero por aquí llegamos a más y mas rápido.

Este es un espacio para pensar, para cambiar ideas sobre nuestra realidad cotidiana y sobre todo para ser propositivos. A mi las quejas ya me tienen un poco cansado. Porque qué fácil es quejarse!

Al punto... por qué el título del Chancho y la Gallina. Sencillo, viene de una historia que me contaron, usando a estos 2 personajes como analogía de cómo nos comportamos.

Seguro que todos, alguna vez, nos hemos desayunado un par de huevos con tocino... buenísimo. Pues cuando se prepara este plato, hay 2 participantes, de distinto modo pero participantes al fin.

Primero está la Gallina, que colabora con el plato poniendo un par de huevos. Es importante sí, porque necesitamos el esfuerzo para los huevitos, y listo.

Segundo, está el Chancho. Este la tiene más dura... no sean mal pensados, quiero decir más difícil. El chancho no coopera, se involucra para que tengamos el tocino... aquí no vale eso de una raspadita, hay que pasarlo por el cuchillo.

Y por eso el título, porque creo que es hora que nos demos cuenta que hay que imitar al chancho. Hay que involucrarse en los asuntos de nuestra sociedad y tomar posturas. Hay que arremangarse las mangas; mojarse las manos; ensuciarse los pies; echar el hombro; o como quieran ponerlo.

Y para eso es este blog, para que conversemos, intercambiemos ideas, propuestas, experiencias. De ahí que invito a amigos, unos más y otros menos involucrados en estos temas, pero todos con ganas de hacer un cambio.

Espero verlos por aquí con frecuencia, y como regla general, se vale poner de todo, menos quejas y babosadas. De todo que nos haga pensar.

Saludos,

Mario E.