lunes, 18 de octubre de 2010

Lecciones de una trajedia

Todos amanecimos el domingo con una gran espina en el corazón… y alguno que otro con un poco de bilis en la boca por la impotencia de ver que nuestra Guatemala no mejora.

Que terrible que ya parezca un campo de guerra mi linda ciudad, y que ya nos pensemos dos veces salir con los amigos, y que jóvenes – el futuro de mi país – paguen los platos rotos de vendettas entre sinvergüenzas.  Que terrible.

Pensando en esto me descubrí buscando a quién echarle la culpa: que este gobierno de ineptos, que estos policías que no hacen nada, que fulano o que mengano.  Y yo, ¿Yo que estoy haciendo, de verdad, por mi país? ¿De verdad me importa mi Guatemala o soy otro espectador más? ¿Estoy dispuesto a comprometerme de verdad y cambiar, primero yo?

La verdad, la respuesta me dio vergüenza, porque vi que me conformo con enojarme con las malas noticias y criticar, porque ya estoy anestesiado ante lo que sucede.  Y no solo la violencia, también el hambre de los chapines en muchos sitios del país.  Más del 50% de la población vive con menos de $2 al día.  ¿Se imaginan que es eso? Se imaginan – nos imaginamos – lo que es no tener ni para un Big Mac cada día? ¿Vivir con $60 al mes?  A mi estas cifras me golpearon y duro…

Es que esos $2 no hacen desarrollo, no dan de comer, no pagan la escuela, no acercan a los que tienen con los que no tienen.  Nos vamos separando más y más, de $2 en $2.

Por eso me pregunté hoy otra vez.  ¿Realmente me siento Guatemalteco? ¿Realmente soy consciente que yo puedo ser parte de la solución con mi compromiso? Si, podemos ser parte de la solución, de mil formas. 
Podemos ser mejor patrón, pagando lo justo, interesándonos más por los empleados.   

Podemos ser mejores jefes, auténticamente interesándonos por quienes forman parte de nuestro equipo inspirándolos a ser siempre mejores y crecer.

Podemos ser mejores vecinos, conociendo a quienes viven a nuestro alrededor y sorprendiéndolos con uno buenos días.

Podemos ser mejores chapines dando paso en este tráfico de locos, sonriendo un poco más, trabajando más duro, siendo más justos, dando un poco de nuestro tiempo en alguna iniciativa social.  Se puede, no es complicado ser mejores Chapines. 

Creo que si los que tenemos la dicha de ser parte de ese 50% que vive con más de $2 nos acordamos todos los días de ese otro 50%, y pensamos en formas de ayudar, de comprometernos, poco a poco vamos a cambiar Guatemala.  Y por eso les tiro una sugerencia, que cada mañana al despertar nos preguntemos: Hoy, ¿Qué voy hacer por Mi Guatemala?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.